sábado, 3 de noviembre de 2012

Querida muerte,


Se que esperas con ansias que me termine mutilando los brazos pero quiero decirte que apesar que esté asilada en mi casa aun tengo unas pequeñitas ganas de vivir.

Se que terminaré más loca de lo que ya estoy, pero la demencia es parte del maldito ser humano.

Después de la maldición que me dijo una chica (mi prima) estoy por pensar que realmente estoy jodidamente maldita. Pero ese no es un impedimento para poder sobrevivir.

No tengo las ganas pero con tal de ganarle a la estúpida desesperación de sobrevivir.

Como Madelayne o Stephanie me pregunto "¿Qué pasará si no estoy?", "¿Qué pasa si sigo viviendo?"

Estoy en esta prisión sin un poco de aire.

Hoy me aleje de ti y decidí vivir, pero te invoco siempre con mi cabeza.